ALTERACIÓN DEL DATO REGISTRAL DE LA SUPERFICIE DE LAS FINCAS.

Resumen

Si bien es cierto que el dato de la superficie de las fincas carece, por sí solo, de capacidad individualizadora de las mismas, no lo es menos que en un Registro de la Propiedad como el español, donde la exactitud en la descripción de las fincas brilla por su ausencia, cualquier dato que contribuya a solventar este inconveniente debe ser bien recibido; y es en este punto donde una correcta consignación registral del dato de la superficie adquiere relevancia como elemento coadyuvante a la individualización de los predios. Sin embargo, y a pesar de la importancia de la superficie, el legislador ha tardado en incorporar a la normativa hipotecaria mecanismos dirigidos a corregir un inexacto reflejo registral de aquel dato. Además, a este retraso en el acogimiento normativo de las fórmulas correctoras, hay que añadir que el diseño actual de los medios de modificación de la superficie reseñada en el folio registral arrastra el estigma de una originaria y errónea conceptuación de esta operación de alteración de la superficie fundiaria como inmatriculadora, lo que hace que hoy en día, quizá por mimetismo, en lugar de configurarse un procedimiento específico para la rectificación de superficie, se utilicen los cauces que tradicionalmente se han venido empleando para proceder a la inmatriculación de las fincas en el Registro de la Propiedad.